De prenda a paloma.

 

Fui una camisa blanca

colgada al sol, al viento

sin vida, solo movimiento

y tocaste el alma muerta.

 

Me cambiaste de prenda a paloma

sólo con tu mirada bella

y volé por vez primera

de rama a palma y palmera

del mezquite al blanco encino.

 

Fui nuevamente del monte al río

de la mar a muchas playas

y también fui pajarillo;

no recuerdo, tal vez gorrión

tal vez paloma ó cenzontle

y canté a muchas aves

que no escucharon

hasta que regresé a tus manos

y me abriste el pecho.

 

Si, volé por instinto miles de días

y volví por amor a ti,

a la que me dio alas

para volar de rama en rama

de palma a palmera

del mezquite al encino,

de la mar a la mar, de río al río

y nunca te olvidé

porque aunque pajarillo;

no recuerdo cenzontle o gorrión

o tal vez paloma,

siempre recordé que tú me diste

alas para conocerme,

para reconocer que no fui camisa blanca,

sin vida, solo movimiento,

¡que más que prenda era paloma!.